Hemos mencionado brevemente la rectificación del alcohol inicial que se va a utilizar. Para conseguir un ABV de 96% se utiliza una columna de destilación y un proceso de destilación continuo. El desarrollo de este proceso constituyó un punto de inflexión en la creación de un nuevo tipo de ginebra.
En el caso de la ginebra destilada y el London Dry Gin, la legislación europea estipula que hay que destilar el alcohol con los ingredientes botánicos para obtener una mezcla uniforme.
La ginebra destilada y el London Dry Gin requieren una redestilación mediante un proceso denominado destilación discontinua que, normalmente, se lleva a cabo en un alambique de cobre tradicional o en un alambique de destilación discontinua.
Dicho esto, muchas destilerías que intentan ir un paso más allá optan por un método de destilación por arrastre de vapor, proceso que se utiliza en España para elaborar el orujo, un aguardiente elaborado a base de hollejo de fruta.
El método de destilación por arrastre de vapor consiste en hacer pasar vapor por la mezcla de agua y alcohol (la mezcla de maceración) para extraer los sabores y el alcohol. Este método constituye, en gran medida, una forma suave de procesar los sabores.
La destilación en un alambique de cobre se inicia calentando el alcohol para separarlo en tres partes, cada una con un punto de ebullición diferente:
Cabezas: Tienen un punto de ebullición de 64,7 °C, la temperatura a la que se libera el metanol junto con algunos ésteres y tipos inferiores de alcohol. Las cabezas suponen un 2 % de la mezcla y son muy tóxicas. Pueden usarse para otras cosas.
Corazones: Es la parte que más nos interesa. Se obtienen a partir de los 78,3 °C, la temperatura de ebullición del alcohol etílico, también conocido como alcohol potable.
Colas: Es la parte final de la destilación en la que los compuestos tienen un bajo contenido de alcohol y son más pesados en el paladar, lo que significa que pueden resultar desagradables.