La India, Holanda, Suiza y Galicia. La ginebra surgió en Holanda, la tónica en Suiza y el gin-tonic se combinó por primera vez en La India. En Galicia, en 2012, nació una nueva forma de disfrutarlo: aromas botánicos del bosque y del mar y una base de uva Albariño que hacen de Nordés una ginebra única en el mundo.
La ginebra, una bebida para la guerra
El nombre de la ginebra viene de su principal componente, la baya de enebro, que en francés es genièvre y en neerlandés jenever. Aunque ya la usaban los romanos, desde 1575 se comercializó en Holanda como Jenever. Según la tradición, durante la Guerra de los Treinta Años (siglo XVII) las tropas inglesas en los Países Bajos observaron el valor de sus camaradas holandeses, el llamado “Dutch Courage”, y lo asociaron a la bebida que consumían antes de entrar en batalla. Así que se la llevaron a Londres y le recortaron el nombre: nacía la gin inglesa.
La tónica vino de Perú pero se patentó en Suiza
Johan Jacob Schweppe, un relojero alemán residente en Ginebra, patentó en 1783 la primera agua carbonatada del mundo. Su invento pronto cruzó el Canal de la Mancha y se popularizó en Inglaterra, donde tuvo como principal prescriptor al científico Erasmus Darwin, abuelo de Charles Darwin. Con el tiempo, a esa agua tonificante los ingleses le añadirían quinina y quedó instaurada la tónica tal como la conocemos hoy.
La quinina ya era usada por los indígenas del virreinato de Perú para combatir la malaria. La propia virreina, la condesa de Chinchón, se curó gracias a esta planta medicinal obtenida a partir de la corteza del quino (cinchona officinalis), de ahí que su nombre científico aluda a Chinchón.
El gin-tonic se combinó en La India
¿Cuándo se produjo la mágica fusión entre la ginebra y la tónica? En el siglo XVIII, el ejército británico en La India proporcionaba quinina a sus soldados para combatir la malaria, tras extenderse ese remedio desde la América española.
La ginebra era fundamental para conservar el agua y los cítricos y además servía como incentivo para los soldados, así que no es de extrañar que a algún avispado militar se le ocurriera combinar la quinina con soda, limón y ginebra. Winston Churchil llegó a decir que el gin and tonic, como lo llaman en las islas, “ha salvado más vidas de soldados británicos que todos los médicos del Imperio”.
La nueva ginebra atlántica
Desde entonces, la ginebra ha sido un must en las mesas y barras de medio mundo. Una de las expresiones más universales. Tradicionalmente los expertos clasificaban las ginebras en categorías tipo “London”, “Old Tom”, “Distilled”, “Compound” o “Gin”, o como secas, especiadas, cítricas, aromáticas, dulces, florales o herbales.
Y en 2012 nace Nordés, la primera ginebra Atlántica, que consigue por fin ser aromática y herbal sin perder el carácter fresco. ¡Una ginebra viajera que ya está presente en los cuatro puntos cardinales!