Es tiempo de navegar, de redescubrir y desconectar. Con Nordés irás componiendo la partitura de este verano. Letra a letra.
Navegar
Vamos a recuperar el placer de dejarnos llevar por las olas. Ya estamos todo el año tomando decisiones. Confiemos en la rosa de los vientos para guiar nuestros pasos y conducirnos a nuevas experiencias. Los sitios de verdad no están nunca marcados en un mapa.
Otear
En la ciudad es difícil elevar la mirada. Las vacaciones nos permiten disfrutar del horizonte, activar la panorámica en nuestro móvil y sentirnos, en algún momento del verano, los dueños del mundo: en un faro que se asoma a la inmensidad del mar o en la cima de una montaña.
Recuperar
El reloj se detiene y nos invita a recuperar los pequeños placeres a los que renunciamos a diario. Conversar, cocinar, ordenar fotografías, comprar en el mercado o pintar un mueble. Hacer esas llamadas pendientes que quedaron aparcadas en invierno.
Desconectar
Los expertos dicen que necesitamos al menos una semana para relajar las tensiones que arrastramos del período laboral al que decimos adiós. Si activamos el modo avión desde el primer día, quizá adelantemos la desconexión. Y dejemos libre algún día antes de volver a la rutina.
Encontrar
Las vacaciones nos ponen en contacto con personas que no están en nuestro día a día. Ampliamos nuestro radio de acción y convivimos con otras culturas, profesiones y edades. Nos dejamos sorprender por nuevos sabores y también nos encanta compartir con los demás nuestros placeres. ¡Como una Nordés!
Sentir
Los cinco sentidos salen a pasear en verano. El tacto nos permite acariciar; también, deslizar la arena entre los dedos. El olfato, reconocer las flores y el humo de la barbacoa. La vista, recrearnos en el arte y en un libro abierto. El gusto, saborear las moras y el acento frutal del Albariño. El oído, dejarnos mecer por las olas. ¿Hace falta algo más?