Aún no has tenido la cita y ya te estás imaginando paseando por las cúpulas de piedra de la playa de las Catedrales; sentándote en el banco más bonito del mundo y disfrutando de los mejores platos de la gastronomía gallega. Para que todas estas fantasías se hagan realidad te dejamos una lista de trucos para que tu cita gallega vaya sobre ruedas.
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Ni se te ocurra posponer la cita porque hace mal tiempo.
En Galicia las inclemencias meteorológicas son la norma, por lo que no podrán perdonarte si cancelas la cita por dos gotas de agua. Demuestra tu valentía desde el primer momento y te habrás ganado su corazón.
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Asume desde el primer instante que vas a necesitar una segunda cita para seguiros conociendo.
Tan tópico como cierto: en Galicia todo es relativo. Prepárate para escuchar unos cuantos “depende” durante la velada. Vas a necesitar un par de citas más para saber si se trata de tu medio mejillón.
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Si te hace una pregunta que no quieres responder, contesta con otra pregunta.
Es el mejor truco para salir airosamente de una situación incómoda. Los gallegos siempre lo hacen, así que ni notará que intentas esquivar sus preguntas.
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Si te llama “riquiño” o “riquiña” ya puedes dar por terminada la cita.
Eso no significa otra cosa que le pareces muy majo o maja, pero no le atraes ni lo más mínimo. Has perdido una cita pero has ganado una amistad de las buenas.
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Ni se te ocurra coger el último trozo de comida de la fuente.
Si te puedes resistir te habrás ganado toda su confianza. No es que se lo quiera comer, sino que se va a quedar en el plato. Se trata de una ley gallega no escrita y consiste en dejar siempre el último trozo, lo que llaman “la vergüenza del gallego”. Solo podrás comerlo si antes te lo han ofrecido diez veces y te has negado a aceptarlo otras tantas.
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Dile qué es lo que más te gusta de Galicia.
O qué te gustaría conocer y su interés por ti se multiplicará por cien. Si promete traerte a Galicia para enseñarte esos rincones que te faltan por conocer, la cita va por muy buen camino.
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Gánate su corazón en la sobremesa.
Si has llegado hasta aquí es que la cosa pinta bien y ha llegado el momento de enamorar: pídete una copa de Nordés y muestra sorpresa si no la conoce. Apúntate esta chuleta: di que es una ginebra de origen gallego, hecha con botánicos de la zona y con una base vínica de uva albariño. Te habrás ganado, por lo menos, esa segunda cita.